martes, 20 de septiembre de 2016

200 AÑOS HAN PASADO Y SEGUIMOS COMO ENTONCES… ¿HASTA CUÁNDO?

Vivimos en un mundo donde la técnica y la ciencia prevalecen, donde todo cambia, en un mundo que se admira ante la eficiencia y las conquistas concretas en donde las comunicaciones y el dialogo ejercen un importantísimo papel en las relaciones humanas.


Estos, y variados temas más deberían convocarnos a un debate colectivo, en donde la participación y el protagonismo individual y comunitario tendrían que constituirse en el principal componente… pero lamentablemente hoy, como en 1816, los argentinos seguimos sin coincidir ideológicamente en cuanto al tipo de país que pretendemos forjar…

Leemos o escuchamos a diario que amplios sectores de nuestra sociedad no se comprenden, ni dialogan, no porque no puedan comunicarse, sino porque no quieren hacerlo, porque la concentración y abuso del poder junto a las diferentes interpretaciones o sentidos que le asignamos a muchas palabras que a diario empleamos, dificulta y/o desanima al dialogo.


¿Cuántas interpretaciones se dan a las palabras cambio, progresista, revolución, libertad, resistencia, el lío que nos sugirió hacer el Papa Francisco, hoy impactado de ver como la corrupción ha invadido todos los lugares (y el recibe a los/las corruptos en Santa Marta), “resistir es construir”, etc.?

Cuando la historia parecía haber cerrado este conflictivo capítulo definitivamente, los argentinos de manera casi permanente, seguimos siendo testigos de indicios y evidencias que muestran que, en los hechos, esta confrontación perdura y perdurará mientras hayan verdades que se callen.


Admirados de nuestros propios descubrimientos y del poder individual que nos da el conocimiento algunos nos angustiamos hoy por los vanos e infructuosos esfuerzos individuales y colectivos que estamos realizando para zafar de la actual polarización y miedos sociales que en estos 14 años produjo una asociación ilícita que a través de  un pacto social, cultural y político corrupto mal llamado “modelo de acumulación de matriz diversificada con inclusión social”, nos gobernó “acumulado” a dos manos saqueando al Estado, mientras un pueblo engañado los avalaba con su voto

Hoy, y como ocurre en toda crisis social de crecimiento, cualquier  transformación o cambio social que se intente, traerá consigo dificultades complejas. Porque algunos hombres y mujeres que ampliaron escandalosamente su poder económico a expensas de un poder político que no pudieron mantener, sienten más incertidumbre que nunca respecto de su libertad, porque a la par de su crecimiento económico, una parte considerable de su misma sociedad sufrió y sufre de hambre y miseria, apareciendo en esa relación nuevas formas de presión social y psicológica, la que a su vez está generando tensiones políticas agudas, sociales, económicas, jurídicas  e ideológicas, dividiendo una vez más a nuestra sociedad por la presencia de fuerzas contrapuestas, mientras muchos ciudadanos, quizás demasiados, son los que tienen dificultad para entender su propia realidad...

Envueltos en tan compleja situación muchos hermanos, agitados entre la esperanza y la angustia, se preguntan acerca del curso presente de las cosas.

Los cambios tan acelerados, a menudo realizados sin un diagnóstico ni planeamiento previo, como las desigualdades sociales existentes, producen un aumento en las distintas contradicciones y/o desequilibrios.

Gracias a quienes dieron su vida o su libertad individual por nuestra democracia, la ciudadanía tiene por el momento el camino abierto para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso social, entre la fraternidad o el odio.

La turbación actual de los espíritus y la transformación de las condiciones de vida estarán vinculadas a un período de cambio social en el que mucho tendrá que ver la inteligencia de los argentinos: hacia el pasado, sin darle la espalda a nuestra historia, que nos brinda el consejo sabio de la experiencia; hacia el futuro, por el aporte de la técnica prospectiva y la planificación.

En un clima social que presagia días de agitación y violencia, con un paquete explosivo sobre nuestras espaldas…, pensemos que el futuro depende de todos nosotros. Reflexionemos juntos analizando nuestro pasado, mientras la Justicia hace lo que debe hacer con los corruptos, y acordemos definitivamente cual es la Argentina que debemos terminar de construir.

¡Pongámonos al país sobre los hombros!, no lo carguemos más sobre nuestras espaldas…


Concretemos de una vez por todas LA CULTURA DEL ENCUENTRO abriendo y no cerrando la comunicación, hablando con toda persona con la mente y el corazón abierto.

Si estamos realmente convencidos de lo que tenemos que decir, las palabras llegarán.

No la hagamos más difícil, solo lo sencillo promete éxito.

En azul y blanco, Hugo Cesar Renés
Otro sí digo:

Me parece que en el próximo e mail voy a parrafear el Martin Fierro creo que allí están todos nuestros problemas sociales descritos.

En azul y blanco, Hugo Cesar Renés

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.


Un abrazo en azul y blanco, Hugo Cesar Renés

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